CONFESIONES

 

CAPÍTULO 4: PARA ELLAS…

 

Cuando el chico por fin se ha acercado a ti para sacarte a bailar y tú le has dicho que sí (por el motivo que fuera) ya sólo te queda una cosa por hacer: DISFRUTAR DEL MOMENTO. O al menos, que lo parezca…

 

 

 

 

 

Ampliar información en seguir leyendo.

 

simbolo-femenino

 

Es cierto que casi desde el principio vamos a saber si nos va a gustar nuestra pareja de baile, pero de vez en cuando hay que hacer un esfuerzo… Me explico; cuando un chico nos coge de la mano para empezar a bailar ya nos está diciendo mucho de su técnica de mandato, que es lo que a las chicas nos interesa, no lo enrevesadas que sean las vueltas. Desde mi punto de vista, en ese primer contacto podemos encontrarnos con los siguientes tipos de bailarines:

 1-Tenemos al que nos estruja nuestras pobres manitas (que después nos llevará a tirones durante toda la canción)

2-Al que deja sus brazos completamente blandos (aquí tendremos que fomentar la telepatía, chicas, porque no nos va a marcar nada en toda la pieza y además pretenderá que adivinemos lo que quiere hacer)

3-Al que lo intenta, pero es delatado por el temblor (o el sudor) de sus manos (durante el baile, presentará una mezcla de los dos estilos anteriores)

4-Y por fin… el que nos coge firmemente pero con suavidad… (perfecto, sea cual sea su nivel de vueltas)

Y todo esto ya lo sabemos desde el primer momento… Aún así, poner cara de malhumor o mirar al infinito sin hacer caso de la pareja durante los próximos 4 minutos, no va a solucionar nada; si acaso, empeorará la situación (no sé si alguna vez habéis bailado con un chico que esté molesto con vosotras, pero los tirones con los que os manda y los pisotones que sufrís aumentan exponencialmente).

 Por lo tanto, ocurra lo que ocurra durante ese primer contacto, y aunque por dentro esté pensando “uffffffffffffffffffffffff, lo que me queda”, intento poner cara de “vaya bien que lo estás haciendo”. Si hay mucha confianza, puedes hacer alguna sugerencia; pero repito, sólo si hay MUCHA confianza, que en caso contrario quedas como una prepotente aunque tu intención fuese la mejor.

Y en caso contrario, sonreír, sonreír y sonreír, que no cuesta tanto, ¿verdad?